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September 19, 2023

El póker al que apuesta Massa para tratar de entrar al ballotage: cuáles serán las próximas medidas

El clima no era de euforia en la delegación argentina que acompañó a Sergio Massa a Washington para aguardar la aprobación de nuevas metas con el FMI y la liberación de u$s7.500 millones que permitieron elevar temporalmente las reservas brutas a la zona de los u$s29.000 millones.

Ni de euforia, ni de mucho menos. Es que antes de las primarias del fatídico 13 de agosto, el ministro candidato imaginaba obtener un segundo lugar, no muy detrás de Patricia Bullrich, y buscar el 22 de octubre llegar a un balotaje con Juntos por el Cambio, en el cual se imaginaba ganando en noviembre, aunque sea por escaso margen.

A mí no me va a pasar lo mismo que a Daniel Scioli“, les decía a sus allegados un Massa que se mostraba exultante, incluso bromeando tras quedarse encerrado en un ascensor y comentar jocoso: “Otro quilombo para arreglar”.

El clima humorístico se modificó en forma radical cuando Javier Milei, el libertario que todos los encuestadores ubicaban tercero y casi fuera de la conversación electoral, sorprendió en las elecciones de la mano de un voto hartazgo que lo llevó mucho más lejos de lo esperado.

La elección se convirtió en el peor de los mundos para el massismo -también perdió en su otrora bastión Tigre-, ya que el optimismo y la esperanza que buscaba transmitir el Massa candidato, era neutralizado por los sinsabores que debía asumir el Massa ministro.

Qué puede esperarse ahora de la estrategia electoral de un candidato que llegará a septiembre con una pobreza superior al 40%, una economía con el freno de mano puesto y una inflación de dos dígitos en agosto.

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Sergio Massa anunciará medidas para compensar los efectos de la devaluación

Cómo hará el postulante oficialista para convencer a los electores de que lo que no pudo hacer en más de un año al frente del gobierno, podrá hacerlo sentado en el sillón de Rivadavia. ¿Por qué no lo hace ahora?, es la respuesta visceral que le plantea la calle, mientras Cristina Kirchner y Alberto Fernández se ocultan para no flagelarse más todavía. Ella ante las malas noticias que a diario le devuelven las causas judiciales que la atormentan. Él porque creyó tocar el cielo con las manos cuando en el fragor de la pandemia le decían “profesor” mientras repetía la pregunta “se entiende” a un alumnado imaginario, desde las pantallas en las que anunciaba una cuarentena eterna, pero luego desbarrancó a todo vapor mientras todos los resortes de decisión se le escurrían de las manos.

En ese escenario patas para arriba, Massa se consuela porque dice haber dado vuelta una página clave con el FMI, convencido de que hasta noviembre no habrá más noticias sobre el organismo que constituye el calvario de la Argentina.

Las medidas que vienen

Tras la renegociación de las metas, Massa anunciará este viernes un paquete de medidas destinadas a sostener el consumo, muy golpeado por la inflación. El objetivo será compensar en parte el impacto de la devaluación sobre los precios.

Será un nuevo plan “Platita” que incluirá un bono a jubilados y pensionados; una suma fija para trabajadores en relación de dependencia, incluidos los estatales que suman casi 4 millones en todo el país; y el aumento de planes sociales como la asignación por hijo, el Potenciar Trabajo y la tarjeta Alimentar.

“El viernes vamos a estar tomando todas las medidas que van a permitir que ese sufrimiento, esa frustración que sienten muchos argentinos, se vea compensada en decisiones que tienen que ver con recuperar poder de compra en salarios, en jubilaciones, con mejorar la competitividad a partir de mejoras impositivas para nuestras pymes, con sostener los niveles de exportaciones”, dijo Massa desde Washington.

Esas medidas se sumarán al anuncio ya realizado de que habrá una compensación de hasta 7 millones de pesos para aquellos comercios afectados por los saqueos en la provincia de Buenos Aires, Río Negro, Córdoba y Mendoza. Nada dijo, porque en realidad trascendió luego de sus palabras, sobre los ataques que se están produciendo a camiones en las rutas para robarles mercadería.

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Massa trata de no generar más descontento en la población para llegar con chances a octubre

Los cálculos de Massa cambian a diario, en la medida que la realidad le devuelve un cachetazo distinto, pero todo indica que no habrá tanta preocupación por el déficit fiscal en los meses que vienen. El rojo en las cuentas públicas creció fuerte en julio, de la mano de la pérdida de ingresos por unos $900.000 millones en concepto de retenciones, ante el impacto de la sequía sobre la producción agropecuaria.

A Brasil en busca de más apoyo

El lunes, el ministro de Economía prevé viajar a Brasilia, para poner en marcha un mecanismo por el cual el gobierno de Lula Da Silva brindará apoyo para el financiamiento de importaciones que haga la Argentina.

Según Massa, esto permitirá “aliviar aún más el procedimiento de utilización de las reservas en un momento en el que tenemos que cuidarlas”.

El ministro de Economía brasileño, Fernando Haddad, envió una propuesta para que la Argentina pague las exportaciones que recibe de Brasil en yuanes, es decir en remimbies, que es la moneda china. La operación ronda los u$s140 millones. No es un gran volumen, pero todo suma a la hora de evitar que sigan saliendo dólares del Banco Central. El acuerdo se aplicará en principio a autopartes y otros bienes industriales y automotrices provenientes de Brasil.

El embajador Daniel Scioli participó de la elaboración de ese plan, junto con el jefe de asesores de Economía, Leonardo Madcur, y Marco Lavagna, el jefe del INDEC que está también a cargo de las Relaciones Financieras Internacionales. Todos estuvieron en un encuentro virtual con Mauro Vieira, el canciller brasileño, para avanzar con esta iniciativa.

Lula está convencido de que a su gobierno le conviene que el peronismo continúe gobernando la Argentina, y que no haya un viraje a la derecha en el país. Por eso, quiere apuntalar el comercio exterior con su principal socio en el Mercosur. La jugada apunta a darle apoyo a los exportadores de su país que van perdiendo mercados en Argentina, que no tiene dólares, y que también perdieron mercados frente a China, que ya tiene su propio acuerdo de comercio en yuanes con la Argentina. La operación implicará la conversión directa del yuan en real por parte del Banco do Brasil en Londres, lo que traerá -se espera- más alivio a la Argentina.

En términos geopolíticos, Lula -quien rechaza la propuesta de dolarización que hace Milei- busca demostrar con hechos su intención de evitar que la “ultraderecha” se imponga en las elecciones de octubre. Al presidente brasileño le genera urticaria la buena relación existente entre el bolsonarismo y el líder libertario argentino.

Argentina es el tercer socio comercial para Brasil, luego de China y Estados Unidos. Pero es el principal comprador de productos industrializados, que es donde están teniendo problemas por la falta de divisa extranjera.

Así, la Argentina podrá jactarse de haber recibido un socorro récord de países en lo que va del año, mientras la inflación se encamina a los tres dígitos, algo que no ocurría desde hace 21 años.

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